Si el diagnóstico de la Alta Capacidad y el talento requiere una especialización para poder captar las necesidades reales de este tipo de alumnos que van más allá de un CI o de factores puramente cuantitativos. El caso de los alumnos con ”doble excepcionalidad” es aún más problemático o más específico.
En realidad se trata de niños, jóvenes o adultos que presentan dificultades o deficiencias por diferentes causas, sensoriales, de personalidad o disfuncionales, como son los alumnos con hiperactividad, déficit de atención, dislexia, dificultades auditivas o visuales o trastornos de tipo TA (relacionados con el campo de la comprensión social o el autismo), aunque de forma indirecta también se incluyen alumnos con fracaso escolar ya establecido por causas exógenas.
Es sobradamente conocido el hecho de que se detecten muchas menos niñas que niños con alta capacidad y la clara “invisibilidad” femenina. Sólo la experiencia y amplio conocimiento del fenómeno permite hacer una detección precisa, su mayor capacidad de observación y su mayor sensibilidad las hacen más sensibles que sus compañeras al currículum oculto además de que las presiones sociales y el proceso de interacción profesor-alumno-alumna favorece a los chicos, sólo conociendo bien estos fenómenos se puede hacer una detección precisa y orientaciones que ayuden a las niñas a romper “el techo de cristal”.
Muchas personas a lo largo de la vida se dan cuenta de sus “diferencias” que en muchas ocasiones les han hecho sentirse incomprendidos o simplemente distintos, pueden haber logrado superar estas dificultades en la vida, y ser una persona de éxito, pero a veces queda la duda del por qué, un diagnóstico en adulto posiblemente no cambie totalmente un pasado pero puede ayudar a conocerse mejor y fortalecer un “yo” que proyectaremos en nuestro futuro o en el de nuestros hijos en el caso de que los tengamos.